Pastelería Glea
croissant y desayunos
La decisión de transformar un local en perfecto funcionamiento, con una clientela arraigada y donde el producto es el gran protagonista, solo puede responder ante la necesidad de seguir ofreciendo la más alta calidad.
Partiendo de un local que se desmoronaba por momentos, se toman diferentes decisiones transcendentales para la generación de un nuevo espacio con una nueva identidad. La primera de ellas, ganar más espacio a la zona de venta, por lo que se decide retranquear la división entre el obrador y la zona de venta, lo que da lugar a una mejor organización de ambos ambientes. Y por otro lado, la eliminación del falso techo existente, lo que permite hacer que el espacio respire.
Con las decisiones funcionales resueltas, el siguiente paso era la búsqueda de una nueva identidad, donde el producto sea el verdadero protagonista del espacio.
Convertir la vitrina en el lugar central de la pastelería, pasa por darle un carácter diferenciador dentro del espacio, para esto, se toma la decisión de revestir la vitrina, de forma que se convierta en un podio pétreo, donde el producto pasa a ser el verdadero protagonista.
El resto del espacio se complementa, con la utilización de diferentes materiales y texturas, donde la decisión de una solería neutra, da lugar a la posibilidad de jugar con materiales y colores más arriesgados para los revestimientos y mobiliario.
El ambiente se termina de completar con un estudio lumínico, que permite transferir al espacio calidez y confort. Además de incluir vegetación, que ayuda a naturalizar el espacio.
Con todo esto, un espacio aséptico se transforma en un lugar acogedor, donde el comensal disfruta de un producto de máxima calidad, en un ambiente familiar.
Colaboradores
- Revestimientos: Dekton by Cosentino
- Mobiliario: ComaDesign
- Iluminación: Vidavi, Aromas del Campo
- Cerámica: Wow, Marazzi
- Fotografía: Adam García